La comida rápida tiene un efecto irreversible en la función cerebral.

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Los científicos australianos han descubierto que incluso el uso a corto plazo de la comida rápida puede tener un efecto negativo en una serie de funciones del cerebro humano, incluida la capacidad de percibir, estudiar, comprender y conocer.

El objeto de estudio fueron roedores alimentados con alimentos grasos dulces. Como resultado, en solo una semana, la memoria de los animales empeoró significativamente. En los roedores que consumieron alimentos saludables y bebieron agua azucarada, se observó el mismo efecto.

Margaret Morris, quien supervisa el estudio, señala que la información sobre los efectos negativos de la obesidad en la actividad cerebral se conoce desde hace mucho tiempo. Sin embargo, el hecho de que esto suceda en un período tan corto se ha convertido en una verdadera revelación para los científicos. Cabe señalar: los resultados del experimento mostraron que el daño causado es irreversible, incluso después de que los roedores cambiaron a alimentos saludables, su actividad cerebral no se recuperó por completo.

Los científicos creen que los datos experimentales obtenidos pueden extrapolarse a las personas. La especificidad de la nutrición afecta las capacidades cognitivas del cerebro a cualquier edad, especialmente cuando una persona envejece.

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